Los operadores de red recurren cada vez más al almacenamiento de energía de larga duración para mejorar la competitividad de la generación de energía, equilibrar la red, aumentar la fiabilidad y reducir el precio de la energía usando más energías renovables.

A gran escala, los recursos para el almacenamiento de energía combinados con renovables, son equivalentes en rendimiento, e incluso podrían reemplazar, la carga base de centrales térmicas y nucleares, además de incrementar la confiabilidad de los sistemas de transmisión y distribución de electricidad y proporcionar una mayor seguridad de suministro.

En TSK apostamos por aquellas tecnologías que nos acercan a un futuro 100% renovable:
Tecnología de aire líquido y de sales fundidas

Tanto la tecnología basada en Aire Líquido (LAES), como la que utiliza Sales Fundidas (eTES), tienen las siguientes ventajas frente a las tecnologías de almacenamiento tradicionales (fundamentalmente, baterías eléctricas):

Menor coste de instalación.
Menor coste de mantenimiento.
No usa materiales críticos (litio, vanadio, etc.).
Permite regular y estabilizar las redes eléctricas.
No sufre degradación
No genera residuos que reciclar.
Sin riesgos tecnológicos: Tecnologías probadas. Las sales fundidas se usan en centrales termosolares y el aire líquido se basa en el uso de procesos de compresión, almacenamiento criogénico y turbinas de aire que se llevan utilizando en la industria durante décadas.

En particular, la tecnología basada en sales fundidas tiene una ventaja adicional:
puede reutilizar el ciclo de una central térmica existente.